martes, 26 de enero de 2010

Un necesario cambio de roles

Resulta que el gobierno ha gastado más de lo que se proponía subsidiando el transporte público... Básicamente, debe entenderse que el Gobierno esta pagando las ganancias de los empresarios del transporte, lo que si por un lado parece anti-ético, por el otro raya en lo estúpido.

Uno de los principales problemas para que el sistema de transporte público se regule mediante las reglas del mercado (Oferta y demanda), es que es un servicio demasiado fundamental para la vida pública de un país: vida pública sobre la cual descansa el quehacer económico de la nación.

Ahora, yo no niego que por ahora sea un mal necesario que el gobierno se inmiscuya en el sistema de transporte público: de hecho, considero un cambio, que más que radical el siguiente paso lógico, el que el gobierno tome el total control del negocio.

Que no vengan con la poca rentabilidad del negocio: ya es poco rentable tanto para los empresarios como para el gobierno, que debe pagar sus utilidades; la verdadera ganancia es que el Estado podrá tomar un negocio poco rentable de unos pocos millones de dólares, en lugar de seguir manteniendo a todos los empresarios por sumas exorbitantes, tomando en cuenta que antes de estafar al gobierno, ya se ha estafado al público en general.

Además, existen otros temas que el gobierno podrá afrontar mejor que los empresarios: reordenamiento del sistema, rentas, modernización de flotas. Hagamos cuentas

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