sábado, 24 de noviembre de 2012

Día del orgullo primate y la vergüenza creacionista

Hace dos años que el Blog de Sin Dioses propusiera el 24 de noviembre como el día del orgullo primate, con manifiesto y todo: Tan simple y exacto que no es díficil adherirse a él, siempre y cuando no vivas bajo la asfixiante influencia de doctrinas fallidas, propias de cazadores-recolectores del Paleolítico.

En bachillerato, mi profesor de ciencias nos dijo desde el primer día que aunque es un tema dentro del curriculum académico del país, no veríamos la parte de biología que tenía que ver con la evolución o genética, porque ambas "ponían en duda lo que la infalibilidad bíblica ya había explicado".

No voy a culpar a mi profesor de bachillerato de mi escaso interés en la ciencia. Mi profesora de educación media también tuvo que ver: Se gastaba más tiempo hablando de como evitar las estrategias del diablo que enseñándonos matemática. Estas cosas son las que dirigen el usual romanticismo adolescente hacia lo peor de la apatía por la ciencia.

De Ben Heine: Fuente
Pero uno termina por darse cuenta que las chaladuras sobre una Adán y Eva y su incestuosa descendencia son cuentos para niños mayores de 30 años. El creacionismo tendrá un poco más que un libro algo viejo que le respalda. Que dice además cosas como que la tierra no es tan plana, pero no es tan redonda. Con todas sus afirmaciones careciendo de la más mínima prueba material: Es decir, no es que el libro sea una fuente de erudición a la que le tengamos que prestar mucha atención.

La teoría evolutiva es una afirmación que descansa sobre pruebas sólidas. Lógica, y en palabras de Darwin se torna relativamente sencilla.

Darwin no fue el primero en pensar en la evolución (Su poeta abuelo se le había adelantado, entre otros), ni su teoría esta completa. Pareciera por un momento que la gran figura de Darwin se desmorona. Pero ni la verdad necesita mártires, ni Darwin carece de mérito. 

Celebro la publicación del origen de las especies por la honestidad intelectual que significa. Hasta ese momento, Darwin era el un típico inglés religioso (Es decir, no tan religioso, y después lo fue menos). Pero no quiso callarse las conclusiones sobre en sus investigaciones: La evolución es una idea que los biólogos llevaban años discutiendo entre murmuraciones, pero nadie se atrevía a formularla en los sencillos términos que Darwin logra por descartar la hipótesis creacionista.

El origen de las especies significa una explicación racional al origen de la vida, y el valor que Darwin tuvo al publicarle le merece el más grande los homenajes. 

[No soy divulgador científico. Pero los enlaces son sin duda más serios que mi visceral entrada]

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