martes, 22 de diciembre de 2009

Sobre un personaje que no termina de entrar en escena

¿Será una alucinación mía -que debo decir son frecuentes-, o es que acaso nuestro arzobispo de San Salvador esta desempeñando un mayor protagonismo en los temas de interés nacional?
Lo veo con bastante frecuencia en los medios de comunicación, sentando su posición sobre la realidad salvadoreña: Claro que a veces no pasa de los típicos argumentos de “el pueblo, el pueblo” (La traducción correcta a su condición de prelado es “feligresía”, para ser más exactos y no pecar de facineroso ignorantes) pero por lo menos se esta preparando para ser un verdadero contralor en los tiempos que se vienen, ya saben: Funes queriendo escapar de sus destino, al que sus siniestros amigos de FMLN le encaminan; un país que deja la polarización política para caer en el resquebrajamiento de los partidos de mayor peso; a luchas intestinas en la Asamblea por nuevas alianzas de poder, en clara oposición a la voluntad popular...

Teniendo siempre presente que la iglesia católica no tiene las mejores relaciones con las doctrinas socialistas; rechazando como es bien sabido los fundamentos de la Teología de la Liberación, realizando “sutiles” reformas hasta que esta teoría no rebatiera la usual posición de la iglesia a nivel mundial.

Lo que veo es que nuestro obispo tiene una opinión que no siempre comparto (Nunca, a decir verdad), pero que, al igual que Voltaire, defiendo hasta la muerte... o al menos hasta que el punto de vista desde el cual los formula, nos permita tener un panorama más amplio de lo que esta sucediendo.

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