jueves, 31 de diciembre de 2009

…Y al final

Supongo que esperan una poco de melancolía de mi parte en esta fecha. Todos se dejan invadir por cierto espíritu que enaltece sus corazones (el licor suele ayudarles)

Lo lamento. Me encuentro al fin sin buenas ideas, y creo que alguna parte de esa esencia colectiva debió habérseme impregnado, porque aún así trato de escribir algo que entone con el ambiente.
Y tampoco no quiero caer en los estúpidos trucos de publicidad, que dictan el menosprecio de estas fiestas para llamar la atención, por medio de la controversia.
Frasecitas gotiquillas como “estas fiestas no valen nada”, “son fechas sin nada especial”, y una larga serie de estúpidos etcéteras, no van conmigo.

Tampoco no son las festividades un santo de mi devoción: esto de las fechas especiales opacan el diario milagro de la vida. Te hacen creer que todo el año es una basura y que solo estos días valen la pena; que debes esforzarte (Trabajar más de gratis) para comprar buenos regalos, o si no, no eres nadie.

Este día lo plantean como el de la redención.
Nunca he imaginado un día del juicio: todos los días son un cotidiano ir y venir entre los tormentosos espacios y tiempos; cada día que se vive es perfecto para todo.
No hay momento especial, puesto que la sola existencia plantea el continuo milagro de algo maravilloso. Y la esencia de toda existencia es que los tiempos no existen; y un espíritu iluminado puede ver navidad en agosto, y año nuevo a las tres de la tarde.

Termino aquí antes de que empiece a sonar como tarjetas de regalo, o que termine haciendo alguno de mis inútiles esfuerzos por hacer poesía: esperando que alguien pueda sacar provecho de esto que escribo.

1 comentario:

  1. //No hay momento especial, puesto que la sola existencia plantea el continuo milagro de algo maravilloso. Y la esencia de toda existencia es que los tiempos no existen; y un espíritu iluminado puede ver navidad en agosto, y año nuevo a las tres de la tarde//
    q hermoso...
    es algo q se debe recordar siempre
    grax por la refrescada de memoria

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