domingo, 8 de noviembre de 2009

Una historia de miedo empresarial

De repente se te ocurre que lo mejor para mejorar tu solvencia económica es poner un negocio pequeño; ves que Bill Gates se hizó el hombre más rico del mundo por algunos años vendiendo servicios informáticos, a si que a ti se te “ocurre una buena idea” y decides montar un ciber-café.

Te esfuerzas mucho en ello: prestas dinero, consigues a alguien que apenas pueda formatear Windows  para que te administre el lugar y para colmo pretendes que este gran Técnico también las haga de contador, recepcionista, guardia de seguridad, ordenanza.

Y solo le pagas el mínimo, y a el le empieza a desinteresar el trabajo –ya que la computación solo debió haberle motivado por el dinero que al igual que tu creyeron ver- el servicio va de mal en peor, la gente ha dejado se ir hace mucho tiempo, los ingresos a la baja y decides liquidar todo antes de pagar el cuarto mes de renta del lugar, porque ya habías pagado tres por adelantado pero ni siquiera quieren prestarte para arriesgarte un mes más.

Ni siquiera podrás vender bien el equipo: Nunca lo han limpiado, y la acumulación de polvo es trágica y de alguna forma los insectos y ratas decidieron comer más de algún cable. Y como creo que no sabes nada de computación ignoras que podrías rematar las partes, ya que a todo esto tu casi fabuloso Técnico ha dejado de hablarte y te ha dejado a tu suerte.

No quiebras en este momento: Estabas quebrado desde el principio pero no te diste cuenta.

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